Entrevista con Antti Kulppi, Fundador de Comunidad FelizEmpiece escribiendo el nombre de una imagen del sitio o introduzca la URL


24 de Julio de 2020


Buscar una solución a las antiguas planillas de Excel para generar el cobro de los gastos comunes, fue la inspiración de Antti Kulpi para desarrollar la plataforma Comunidad Feliz, un sistema que permite a los administradores de edificios y condominios realizar una mejor gestión de las comunidades.


Antti Kulppi emigró hace dos año a México para abrir camino en el extranjero a Comunidad Feliz, plataforma de administración de comunidades que permite una gestión más transparente y eficiente de cara a los vecinos de edificios y condominios. Sin embargo, lleva 4 meses “varado” en Chile producto de la pandemia, algo que, de cierta manera, sirvió para comenzar a trabajar remoto y pensarlo como una modalidad de práctica definitiva.

¿Cómo se te ocurrió desarrollar esta solución?
Mientras estudiaba siempre tuve ganas de emprender. Antes de Comunidad Feliz hice una empresa de desarrollo de software para una Start-Up, pero me aburrí de trabajar para terceros. Este proyecto surgió por mi experiencia de vivir en edificios y también de las problemáticas que vivían familiares y amigos en sus propias comunidades.

¿Cuáles eran esos problemas en común?
Por una parte, los gastos comunes siempre eran un misterio y no había claridad de lo que se cobraba. Y uno como residente que paga tienen el derecho a entender el detalle de los gastos.

Pero por otra parte, al ser un proceso casi completamente manual, se generaban muchos errores. Además hay que considerar que un administrador maneja en promedio 4 a 5 edificios.

¿De qué manera la plataforma ayuda a resolver lo que comentas?
Comunidad Feliz entrega una serie de herramientas que ayudan a los administradores a seguir procesos de manera automatizada. El sistema permite, por ejemplo, que los residentes tengan acceso a ver las copias de las boletas, el detalle de los gastos comunes, contratos de la comunidad con proveedores y el historial de cobros y pagos.

¿Fue fácil vender esta idea a las comunidades pensado en que tenían una manera de trabajar muy arraigada?
No fue fácil. Partí con un primo que decidió dejar su trabajo para dedicarnos fulltime a este proyecto luego de conseguir un capital semilla, pero como no lográbamos tener clientes, finalmente decidió no seguir. Recién en enero del 2016 y después de mucho esfuerzo, conseguí la primera venta a un cliente de Valparaíso.

¿En qué momento la iniciativa da un giro y comienza a funcionar?
Ese año estábamos trabajando con 15 personas y al proyecto se unieron otros dos ingenieros UC: Pablo Exss y David Peña. Nos empezamos a quedar sin plata y a un mes de quebrar conseguimos un inversionista ángel.

Por otra parte, empezamos aparecer en prensa con una nota del diario Las Últimas Noticias publicó donde nos destacaban como una de las 10 Start-Ups con más futuro en Chile. Después se eso siguieron más entrevistas y hoy trabajamos con más de 2000 edificios y tenemos oficinas en Chile y México. Pero la plataforma se usa también en otros países como Salvador, Guatemala, Bolivia, Perú y Colombia.

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¿Qué crees que fue lo más difícil de emprender?

Cuando estás partiendo es un mundo adverso. Nadie te compra la idea y te cuestionas si tu estás mal. Casi dejo el proyecto. Pero antes de darme por vencido, escribí una lista de cosas que me propuse hacer, por ejemplo, ir a dejar una carta de manera presencial a los edificios.


¿Qué otras cosas crees que te ayudaron a lograr tus objetivos?

Buscar socios. Quería gente que me acompañara codo a codo. A David lo encontré en la ceremonia de titulación. A todos les hacía un pitch de Comunidad Feliz. Luego de escucharme, me contactó y decidió renunciar a su trabajo. Los eventos de ex alumnos son buenas instancias para conocer potenciales socios.


Los últimos dos años has estado abriendo camino en México ¿Por qué eliges este mercado para expandir el negocio?

Todos nos decían que no lo hiciéramos y que nos centráramos en Chile donde teníamos apenas el 3% de los edificios y condominios. Pero para las Start-Ups es crítico estar en más países ya que los inversionistas valorizan el tamaño de mercado y así es más fácil acceder al capital.


Llegamos a México porque se abrió una oportunidad con un proyecto de una inmobiliaria en Guadalajara. Así que me fui con mi polola y el perro a explorar el mercado. Hoy en día están entrando en promedio 50 condominios mensuales como clientes y contratamos a dos personas como equipo comercial.


¿Cómo ha sido la recepción de los administradores de usar esta herramienta?

Tenemos una mezcla de servicio presencial y online. A los clientes les gusta eso porque se sienten acompañados. El soporte es muy cercano porque entendemos que no son tan digitales.


Además, hemos buscado partners estratégicos como bancos y asesoría legal para las comunidades que utilizan nuestra plataforma.


¿Qué desafíos les planteó la pandemia en la forma de trabajar?

Antes hacíamos eventos presenciales y hoy en día estamos con webinars para hablar de temas de interés y nos ha funcionado increíble. Hemos tenido 35 mil visitas a nuestros webinars y logramos un récord de ventas durante este período. La crisis sanitaria obligó a nuestros clientes a buscar la digitalización.


*Antti Kulppi es Ingeniero Civil Industrial UC, mención en computación, generación 2010.


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