Entrevista con Ignacio Larraín,

CEO de MACH

Ignacio llevaba 14 años trabajando en BCI, hasta que hace casi dos años está a la cabeza de MACH, un proyecto que buscaba romper con algunas barreras del sistema financiero, principalmente en relación con el acceso a tarjetas de crédito. MACH nació bajo el alero de BCI y en medio de un fuerte impulso que la organización estaba dando a la transformación digital.

¿Cómo puedo pagar productos y servicios a través de internet si no tengo una tarjeta de crédito? Hoy en día, y sobre todo luego de la pandemia, el mundo ha digitalizado aún más la relación entre clientes y proveedores. No tener una tarjeta de crédito no es opción. Pero ¿qué hacer si una persona no cumple con el perfil financiero para acceder a ella?

MACH es una tarjeta de prepago virtual que funciona a través de una app, una innovación financiera que tiene como CEO a Ignacio Larraín, Ingeniero UC, Generación ’98.

Llevabas muchos años en el BCI antes de que existiera MACH. ¿Cómo el banco da los espacios para crear este tipo de innovaciones?

Hace unos cinco años el banco empezó a impulsar una transformación digital bien fuerte, que luego nos dimos cuenta que era una transformación más profunda y pasaba por lo cultural. Fue así como se empezó a empujar la innovación disruptiva.

¿Por qué MACH se convirtió en un producto atractivo para que el banco diera su apoyo en el desarrollo?

Había un mundo muy grande que estaba sub atendido. En ese proceso de innovación hablaron clientes, se miró lo que se estaba haciendo en otros lugares del mundo, con el fin de satisfacer necesidades que no estaban cubiertas, principalmente en segmentos menos tradicionales.

En paralelo, hay que pensar la inclusión financiera como parte del desarrollo sostenible del país.

¿Cualés fueron los insights que los llevaron a moldear MACH para cubrir esas necesidades insatisfechas?

Se identificaron distintas fricciones, por ejemplo, cuando quiero mover mi plata me cobran o si no cumplo cierto perfil no tengo acceso a los servicios financieros.

Un ejemplo muy actual es el de Netflix, que para tener el servicio hay que pagarlo con tarjeta de crédito. Una vez que abres MACH, accedes a una cuenta digital donde tienes alternativas de sacar tarjetas virtuales, tarjeta física, hacer pagos de cuenta y hacer o recibir transferencias de otros.

¿Cuál es el principal perfil de los usuarios de la APP?

Sin duda está cargado a los jóvenes. Hay una masa bien grande de 18 a 35 años que son quienes más han impulsado este tipo de cuentas digitales. Actualmente tenemos 2.8 millones de usuarios registrados entre los que contamos más de 200 mil extranjeros y muchos adultos mayores. Es una cuenta muy fácil de ocupar. Todos los servicios virtuales son 100% gratuitos.

¿Cómo se han dado a conocer en este público mayoritario?

Lo primero era tener un producto que hiciera sentido (tarjeta virtual), hecho con tecnología donde la mayoría pudiese acceder (smartphone). Pero, además, todo el marketing fue 100% digital. Por ejemplo, tenemos un programa de referidos que ganan crédito por cada nuevo usuario recomendado y registrado. Eso se viralizó un montón.

Y pensando en las personas que están bancarizadas de manera tradicional. ¿Es atractiva también la plataforma?

Sin duda es atractiva. Una de las ventajas de nuestra tarjeta es que al ser 100% digital y de prepago, brinda una seguridad que no siempre tienen las tarjetas físicas. Con MACH puedes asignar montos máximos a las transacciones, te pide autorizar antes de hacer la transacción, puedes generar una exclusivamente para una transacción, luego eliminarla y generar otras.

¿Cómo ha sido la llegada con los proveedores de servicios?

En realidad Visa Internacional es nuestro partner, entonces en el momento que estamos generando una tarjeta es Visa, por ende, se puede utilizar en cualquier comercio.

¿Cuáles son los próximos avances que se pueden esperar de MACH?

Nosotros escuchamos mucho a los clientes, qué necesidades van teniendo o cuál debería ser el siguiente feature. Buscamos servir muy bien a los usuarios que ya tenemos y nuestro foco es seguir generando productos digitales de primer nivel.

Entendiendo que somos una cuenta digital, hay un montón de desafíos para adelante, por ejemplo, ahorro o inversión, envío de remesas al extranjero, y hacerlo todo de una manera bien ágil.

*Ignacio Larraín es Ingeniero Civil Industrial Generación 1998